Cuatro herramientas para acompañar en el aula desde la Disciplina Positiva
Marzo 28, 2025
Por Melania Suárez*

Uno de los grandes desafíos en el aula es encontrar estrategias que ayuden a gestionar el comportamiento de los alumnos sin recurrir a métodos punitivos o autoritarios. Queremos que los alumnos comprendan las normas, las respeten y, al mismo tiempo, se sientan valorados y escuchados. En una nota anterior (¿Pueden convivir la firmeza y la amabilidad?) vimos cómo la Disciplina Positiva nos permite relacionarnos de manera sólida y afectuosa y lograr un aprendizaje y comportamiento adecuados a través de los pilares de la firmeza y amabilidad. Allí analizamos los fundamentos filosóficos y la importancia de aplicarla tanto en el aula como en casa.
Hoy te propongo que veamos juntos cuatro herramientas que nos ofrece la Disciplina Positiva para implementar en el aula con nuestros estudiantes:
1. Opciones limitadas: fomentar la autonomía dentro de un marco seguro
Muchos conflictos en el aula surgen porque los estudiantes sienten que no tienen control sobre su entorno. La estrategia de ofrecer opciones limitadas les permite elegir dentro de un marco previamente definido por el docente, brindándoles la oportunidad de tomar decisiones sin que esto implique perder autoridad. Para ello, es importante tener en cuenta que las opciones que se ofrecen sean apropiadas para su edad y aceptables para nosotros como adultos (es decir, no podemos proponer como opción algo que no estemos dispuestos a aceptar).
Ejemplo: Un estudiante no quiere leer en voz alta frente a la clase por timidez. En lugar de forzarlo, el docente puede ofrecerle alternativas: "¿Preferís leer este párrafo o el siguiente?" o "¿Te gustaría leer con un compañero o conmigo en lugar de hacerlo solo?". De esta manera, el alumno sigue participando, pero con un grado de control sobre cómo hacerlo. Si bien el adulto elige las opciones y el número de ellas, no deja de ser una elección real la que hacen los chicos, puesto que elegir implica dejar afuera opciones, y no la infinitud. Esto busca fomentar la autonomía, reducir la resistencia y enseñar la importancia de tomar decisiones responsables dentro de límites claros, además de que también estructura el psiquismo le pone borde a lo emocional.
2. Tiempo fuera positivo: enseñar la autorregulación en lugar del castigo
El tradicional "tiempo fuera" suele utilizarse como castigo, obligando a los estudiantes a apartarse de la actividad como una forma de sanción. La Disciplina Positiva, en cambio, propone el “tiempo fuera positivo”, que permite a los chicos calmarse y recuperar el control de sus emociones en un espacio seguro y sin vergüenza.
Ejemplo: Dos estudiantes discuten acaloradamente en medio de la clase. En lugar de intervenir con un castigo, el docente les dice: "Tómense unos minutos separados para calmarse, pensar qué parte tuvieron ustedes de responsabilidad en esta discusión, y hagan algo que los haga sentir mejor (respirar, caminar, correr, cantar, saltar, leer algo…). Luego podemos hablar y juntos buscar una solución." Este enfoque busca enseñar estrategias de autorregulación y promover el autocontrol sin recurrir al miedo o la exclusión.
3. Poner a los niños en el mismo barco: fomentar la colaboración y la responsabilidad compartida
Cuando surge un problema en el aula, es común que los chicos se culpen entre sí o se enfrenten y que busquen que el adulto actúe como juez. También a veces muchos adultos tienden a tomar este papel de decidir quién tuvo la culpa, porque les da una sensación de control. Pero es cierto que nunca tenemos la imagen completa de lo que ocurrió, y quien comenzó hoy una pelea/conflicto pudo haber sido en respuesta a algo que ocurrió anteriormente sin que lo sepamos. La estrategia de "poner a los niños en el mismo barco" busca transformar los conflictos en oportunidades de trabajo en equipo y resolución conjunta de problemas.
Ejemplo: Un grupo de alumnos está hablando durante la clase y no presta atención. En lugar de señalar a cada uno individualmente, el docente dice: "Parece que todos estamos teniendo dificultades para concentrarnos. ¿Qué podemos hacer juntos para mejorar la situación?". De este modo, en lugar de sentirse atacados, los alumnos se convierten en parte de la solución. Así se refuerza el sentido de comunidad y responsabilidad compartida, ayudando a los estudiantes a comprender que sus acciones afectan al grupo y que pueden trabajar juntos para mejorar el ambiente de aprendizaje.
4. Centrarse en las soluciones y dejar que sean los alumnos quienes las encuentren
En lugar de enfocarse en el error o en el problema, esta estrategia invita a los chicos a reflexionar sobre cómo pueden mejorar la situación. De esta manera, se fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y la responsabilidad personal.
Ejemplo: La clase deja los materiales fuera de lugar y el aula se vuelve caótica. En vez de castigarlos, el docente pregunta: "¿Cómo podríamos asegurarnos de que el aula se mantenga ordenada al final del día? Podemos hacer entre todos una lluvia de ideas y luego podremos votar por la solución que todos (incluyendo al docente quien tendrá la palabra final) consideremos más útil, relacionada, respetuosa y razonable (“las tres R y una U de las soluciones”). Los alumnos pueden sugerir un sistema de responsabilidades rotativas. Al permitir que los chicos participen en la búsqueda de soluciones, se les motiva a ser más autónomos y responsables de sus propias acciones.
Educar desde la Disciplina Positiva nos invita a salir del modelo tradicional basado en premios y castigos para adoptar estrategias que combinan firmeza y amabilidad. A través de opciones limitadas, tiempo fuera positivo, colaboración en la resolución de problemas y enfoque en soluciones, los niños aprenden a tomar decisiones, autorregularse y trabajar en equipo.
Aplicar estas herramientas en la escuela no solo mejora la convivencia en el aula, sino que también ayuda a los niños a desarrollar habilidades fundamentales para la vida, en un entorno donde se sientan comprendidos y valorados.

*M. Melania Suárez es Profesora y Licenciada en Filosofía por la Universidad Católica Argentina (UCA), lugar en el que también realizó estudios de posgrado sobre Logoterapia y Análisis existencial. Actualmente se desempeña como docente y tutora en nivel secundario, como docente en nivel terciario, es anfitriona del podcast Con corazón inquieto, y trabaja como coordinadora de cursos en Integralis.