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La Innovación del Encuentro
septiembre 7, 2021
¿Innovar para qué? ¿Qué variables atraviesa el aprendizaje hoy? ¿Cuál es el rol de la tecnología? Fueron algunas de las premisas que marcaron la primera parada del Integralis Digital Tour.
El webinar invitaba a compartir reflexiones y experiencias sobre la gestión educativa y la innovación inteligente en el ejercicio de pensar a las escuelas post pandemia. El espacio moderado por Patricio Videla, contó con la participación de Verónica Cipriota, Renzo Forlin y Max Gulmanelli que fueron recorriendo los diferentes aspectos de la gestión de la innovación en las escuelas. Algunos de sus aportes fueron:
Hay que preguntarse por el sentido de la innovación. Es fundamental identificar hacia dónde se quiere llegar y si esto aún no está claro, poder generar un espacio para delimitarlo. En este sentido, es importante mantener la conexión con la visión de las instituciones al mismo tiempo que se ejercita la capacidad de ser flexibles y escuchar a otros.
Hablar de innovación, es hablar de metodología. Se trata de pensar y reconstruir permanentemente el cómo de las cosas. Una vez firme el objetivo, es turno de poner en práctica la estrategia para alcanzarlos y animarse a la prueba y al error permanente. De esta manera se logrará una mayor comprensión y se podrán tomar decisiones sobre evidencias. Hay que fomentar el error como una experiencia educativa, porque es en el desacierto donde a veces están los mayores hallazgos.
Para innovar, hay que construir en equipo. Es importante pasar del paradigma del control al de la confianza y eso sólo se logra reconociendo al otro, que tiene una mirada diferente, pero igual de valiosa que la propia. Cada miembro de la comunidad educativa tiene un rol y es igual de importante y necesario. Tanto aquellos que se animan más rápido a los desafíos, como aquellos que son más reticentes, porque mientras que unos empujan las transformaciones, los otros funcionan como redes de contención y seguridad que acompañan los cambios. Muchas veces se busca fuera de la institución perfiles expertos que puedan proponer una solución a algún desafío, cuando la mayor parte del tiempo, esos talentos ya forman parte de los propios equipos. Saber identificar y dar el lugar para que todos se desarrollen y puedan brillar, es parte de la innovar.
La tecnología siempre es motivo de innovación. La tecnología está en una hoja, en un banco y una mesa, en una lapicera, en una computadora o un celular inteligente. Está presente en todos lados y en todos los contextos, con mayor o menor desarrollo. El verdadero desafío del educador es gestionar un uso inteligente de estos recursos, que permita generar aprendizajes profundos y verdaderos. No se trata de que cada niño tenga una computadora propia para que aprenda mejor, sino de cómo se puede poner a disposición de su formación, los elementos con los que se cuenta.
El optimismo como parte de la escuela post pandemia. Es posible transformar la crisis en oportunidad y esto sólo se logra con una actitud resiliente. Es ahora que existe la responsabilidad de gestar un mundo nuevo y superador y, en este sentido, el rol del educador cumple un papel fundamental. Le exige poder atravesar su propia incertidumbre, mientras acompaña a sus estudiantes a cruzar las suyas, para que sean capaces de tomar sus propias decisiones y asumir sus desafíos.
En definitiva, la pandemia demostró que dar una clase de manera virtual, no necesariamente es una innovación educativa inteligente. No se trata de reproducir de manera remota lo mismo que se hace desde hace muchos años en las aulas. La innovación va más allá e invita a volver a la base de la naturaleza humana que implica, a veces, aventurarse a ir en contra de lo que este mundo vertiginoso propone. Innovar es volver a los vínculos, es permitirse ser vulnerable y cometer errores, es abrir espacios para la duda, para la crítica y la reflexión, pero también es acompañarse y aprender a confiar de nuevo.
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