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Acompañar desde tutorías: 3 herramientas

Marzo 15, 2024

Artículo de Melania Suárez, Profesora y Licenciada en Filosofía por la Universidad Católica Argentina*.

       Ser tutor conlleva tanto un privilegio como un desafío. La oportunidad de brindar apoyo a los jóvenes durante una fase crucial de su desarrollo es una responsabilidad apasionante y difícil a la vez. Nuestra misión radica en guiarlos hacia el pleno desarrollo de su potencial, no solo en el ámbito académico, sino también en el personal. 


En este artículo te compartimos tres herramientas que ayudan en esta esta tarea:


1. La Caracterología: Comprendiendo la individualidad de los alumnos


La caracterología, también conocida como el estudio de los caracteres, constituye una rama de la psicología dedicada al análisis del carácter (o temperamento) de las personas. En este sentido, su objetivo fundamental es comprender la singularidad de la personalidad de cada individuo, examinando diversos elementos tales como la susceptibilidad ante los estímulos, la rapidez e intensidad con la que habitualmente reacciona, el estado de ánimo predominante, y otras características relevantes, teniendo en cuenta también los aspectos hereditarios y adquiridos. Si bien el temperamento representa aquello que la persona ha recibido al nacer, resulta necesario considerar también aquellos aspectos que se adquieren mediante la educación y las propias vivencias.


​Es por ello que la comprensión de la personalidad de los estudiantes permite al tutor reconocer y responder adecuadamente a sus emociones y comportamientos. Esto puede ayudar a alcanzar una mayor empatía que facilite el apoyo emocional y el desarrollo de habilidades sociales. A su vez, ayuda al tutor a identificar sus fortalezas y debilidades, lo que permite diseñar actividades y generar un feedback más personalizado, teniendo en cuenta su unicidad. En el caso, por ejemplo, de un alumno con un temperamento melancólico, el tutor sabrá que tendrá que ser especialmente cuidadoso en las palabras, el modo y los gestos a la hora de comunicarse, ya que por su manera de ser estará atento a los detalles, no se le “escapará” nada,  pues su sensibilidad lo predispone a que las cosas le afecten y le impacten de una manera más honda. En cambio, con alguien de un temperamento sanguíneo, por ejemplo, le será sencillo acercarse ya que tiende más a la sociabilidad, pero seguramente le costará más llevarlo al terreno de lo profundo. Tendrá que buscar estrategias para ayudarlo a conectarse con su interior.


​Al guiar a los estudiantes para que reflexionen sobre su propia personalidad y estilo de aprendizaje, el tutor puede fomentar el autoconocimiento y la autogestión. Esto les permite a los alumnos entender cómo abordar los desafíos académicos y personales, lo que a su vez puede impulsar su motivación y despliegue.


2. Autoestima: Fomentando la confianza ante los desafíos


​Como nos recuerda en nuestros cursos el profesor Iván Pittaluga, la autoestima es “la confianza en nuestra capacidad para afrontar los desafíos de la vida”, y funciona como “un sistema inmunitario emocional”. 


​La autoestima juega un papel crucial en el desarrollo personal y académico de cada persona. Fomentar, entonces, la autoestima en los alumnos implica reconocer y celebrar sus logros, por pequeños que sean, y alentarlos a perseverar ante los desafíos. Los tutores también pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar una actitud positiva hacia sí mismos y sus habilidades, promoviendo el autoconocimiento y gestión de las propias emociones.


​Una sólida autoestima no solo fortalece la confianza de los alumnos en sí mismos, sino que también los impulsa para enfrentar los desafíos académicos y personales con determinación y resiliencia. La conciencia del propio valor surge en el seno de la familia, en el amor que recibimos de nuestros padres. En un apego seguro, los padres buscan transmitir seguridad y protección, tanto en el ámbito físico como en el psicológico.  A medida que vamos creciendo y comenzamos a interactuar en sociedad, en algún punto (conscientes o no de ello) comenzamos a poner ese valor en tela de juicio. Por ello, es necesario que desde la escuela los tutores trabajen en ayudar a los alumnos a reafirmar ese valor, seguridad y protección que recibieron en casa, o a fomentarlo en el caso de que no lo hayan recibido. Recordarles que valen por lo que son, que cada uno es único e irrepetible, que es importante que descubran sus fortalezas y debilidades, para poder así desarrollar sus propias capacidades. 


​Es importante también ayudarlos a aceptar su propia vulnerabilidad y falibilidad, las cuales lejos de ser obstáculos para alcanzar sus objetivos, bien encauzadas podrán conectarlos con su interioridad e impulsarlos para aprender de los errores y volver a intentar. Enseñarles a quererse con sus luces y sombras, focalizando más en la capacidad de reponerse ante las adversidades que en los errores en sí mismos.


3. Logoterapia: Encontrando sentido y propósito


​La Logoterapia, fundada por el psiquiatra Viktor Frankl, nos invita a centrarnos en la búsqueda de sentido y propósito de nuestras vidas. En vez de mirar hacia el pasado, la Logoterapia dirige su atención hacia el futuro, alentando a las personas a enfrentar el sentido de su propia existencia y a ordenar su vida siguiendo su propósito. 

​Frankl nos habla de la "voluntad de sentido", es decir, que la primera fuerza que mueve al hombre es la de encontrar sentido en su vida. Enfatiza la libertad espiritual del individuo ante cualquier circunstancia, destacando que, si bien tiene la potencialidad para enfrentar los condicionamientos (aquellas cosas que suceden y no elegimos pero que nos condicionan), la decisión de hacerlo depende de su libertad. El hombre tiene una capacidad de confrontar los desafíos de la vida, incluso los más difíciles, y esa es su característica más importante: “Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades –la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino– para decidir su propio camino”, como nos recuerda en su obra “El hombre en busca de sentido”.



​Frankl describe al ser humano como un ser responsable y orientado al sentido, capaz de aspirar a la realización de valores (es decir, encontrar el sentido realizando una acción, experimentando algo, tomando una actitud ante el dolor, etc). En el ámbito educativo, la Logoterapia ofrece una valiosa herramienta para los tutores, permitiéndoles ayudar a los alumnos a explorar y nutrir su mundo interior, al tiempo que fomentan su búsqueda de significado. Los principios logoterapéuticos se convierten así en guías para que los estudiantes reflexionen sobre sus valores, metas y aspiraciones, y comprendan cómo estos se entrelazan con su experiencia educativa. Al cultivar la interioridad de los alumnos y alentarlos a encontrar sentido en sus estudios y en sus vidas, los tutores desempeñan un papel fundamental en su desarrollo integral.




​En conclusión, la caracterología, la autoestima y la logoterapia son herramientas poderosas que pueden fortalecer la labor del tutor en el acompañamiento de los alumnos. Al comprender la individualidad de los estudiantes, fomentar su autoestima y ayudarles a encontrar significado y propósito en su aprendizaje, los tutores pueden desempeñar un papel invaluable en su desarrollo personal, académico y emocional.



*M. Melania Suárez es Profesora y Licenciada en Filosofía por la Universidad Católica Argentina (UCA), lugar en el que también realizó estudios de posgrado sobre Logoterapia y Análisis existencial. Actualmente se desempeña como docente y tutora en nivel secundario, como docente en nivel terciario, es anfitriona del podcast Con corazón inquieto, y trabaja como coordinadora de cursos en Integralis.